Recuerdo ese azul claro en tu mirada, perdida, confusa.
Recuerdo el tacto de tus manos, arrugadas y algo agrietadas.
Recuerdo cuando bebías ese vaso de leche ardiendo y a mí me sorprendía
que nunca te quemaras.
Recuerdo
pedirte de nuevo la historia del mono, la señora y las hazañas de la guerra.
Recuerdo
mucha nostalgia cuando hablabas de la tierra que te vio nacer.
Recuerdo
el matamoscas y el sillón donde pasabas horas sentada.
Y lo
recuerdo a él. La radio. Los puros. Los pájaros y esos paseos que dabais.
Recuerdo
que siempre estuvo a tu lado.
Recuerdo
tristeza, enfados y amor. Siempre amor.
Recuerdo
tus últimas palabras: esa pregunta que me hacías cada semana que os iba a
visitar.
Y
recuerdo que al oírla de nuevo y por última vez... sonreí y lloré.
Març
2012